Bernardí Roig. "ESCULTURA DEL ARTISTA, DESTRUIDA POR SU ASISTENTE "

Bernardí Roig (Palma de Mallorca, 1965).

Se erige como uno de los artistas españoles y contemporáneos más influyentes en el panorama nacional e internacional. Su producción es multidisciplinar, ya que cultiva el dibujo, la escultura, la instalación, la fotografía y el vídeo. A través de todas estas disciplinas, consigue envolver sus obras bajo un enfoque intimista y un estilo muy subjetivo.

Se licenció en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona y, posteriormente, emigró a países como Francia o EEUU, donde su obra se vio enriquecida por la cantidad de nuevas influencias y puntos de vista que conoció.

De su obra destaca la singularidad con que transmite su discurso: se trata de piezas hiperrealistas que contrastan con una estética minimalista y conceptual, en cuanto a puesta en escena y colorimetría. Para ello, emplea materiales como el rmol o la resina, y elementos como la luz. Se sirve de todo ello para crear composiciones que susurran al espectador sobre la soledad, la memoria, el sexo, la introspección y la vulnerabilidad humana en un contexto gobernado por la tecnoloa y los mass-media. Trabaja a partir de argumentos de carácter universal, que evoca desde una mirada subjetiva, con la que el artista invita a iniciar reflexiones de carácter individual y a cuestionar lo que nos rodea. Su obra conmueve, pero también molesta, porque nos invita a escarbar en nuestros secretos y miedos, para vernos reflejados en lo que sucede a nuestro alrededor.

A lo largo de su carrera artística, ha sido premiado en numerosas ocasiones y goza de diferentes reconocimientos, entre los que destacan el Premio de Escultura de la Fundación Cañada Blanch. Además, ha participado en diversas exposiciones, y en intervenciones como la acontecida en el Cementerio de Arte, donde enterró su obra Uno se encuentra situado, exactamente, debajo de su propia cabeza (2010). 

Bernardí Roig no tiene empacho en describirse a sí mismo, en cuanto artista, como «un ladrón» del trabajo de otros creadores como él. Cree, de hecho, que en esa apropiación mutua de materiales reside la naturaleza de su oficio, que tampoco entiende sin la combinación de diferentes disciplinas, de la fotografía y el vídeo al trasiego de materiales industriales, con lo que él –como su admirado Giacometti, el gran amasador de líneas– considera su elemento natural: el dibujo.

El enterramiento de la pieza de Bernardí Roig est<