Mateo Maté (Madrid, 1964) es un artista conceptual español. Ha realizado exposiciones individuales en el Museo Siqueiros de
México DF, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, Herlizya Museum of Contemporary Art de Israel, el Museo Patio Herreriano de Valladolid, el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el Museo Lázaro Galdiano, el Museo Cerralbo, la Biblioteca Nacional de España, etc.
Asimismo, ha participado en exposiciones colectivas en el Jeu de Pomme en París, en el MoMA PS1 de Nueva York, la Fundación Marcelino Botín, el Museo Berardo de Lisboa, el Centro de Arte 2 de Mayo, el Museo de Arte Contemporáneo
de Santiago de Chile,
MART de Trento, etc.
Su obra está presente en las siguientes colecciones: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León), el CAB de Burgos, Artium (Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria), La Fundación Altadis de Paris, la Fundación Botín en Santander, etc.
El enterramiento en el Cementerio de Morille surge porque Do-mingo Sánchez y Fernando Castro aprovecharon que el artista se encontraba presentando en la sala de Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid la exposición «Canon». Una exposición en la que, según cuenta Fernando Castro, este artista hace una revisión de la historia de la escultura, en la que utiliza los moldes de la Academia de San Fernando, que trajo Velázquez de Roma por indicación del rey, que son los moldes de esculturas como el «Discóbolo», el «Doríforo» o la «Venus de Milo». Lo que ha hecho Maté es modificar alguna de esas esculturas canónicas y mostrar que hoy, en una sociedad pluralista y tolerante, todavía se cuenta con cánones, pero cánones del siglo XXI, no de la época clásica ni del siglo XVIII.
Partiendo de dicha exposición, lo que se hizo en Morille fue enterrar una escultura, que es una Venus clásica, el torso de una mujer desnuda, con un acto nada convencional y que se inició en el momento de trasladarse los participantes hasta el Cementerio de Arte, al que llegaron desde Morille subidos en el remolque de un tractor, en el que iba tocando el violinista Alejandro Guinaldo variaciones del «Canon» de Pachelbel, interpretando música barroca y romántica, y terminando con el tema «Despacito» de Luis Fonsi, puesto que, como explica Castro, esta canción es «una especie de canon contemporáneo, ya que además de ser el tema del verano es una especie de versión de cómo son hoy las músicas, cómo son los cuerpos, cómo son los bailes; es decir, cómo son las músicas que se te meten en la cabeza y no te las puedes quitar de ninguna manera. Para nosotros hoy la música de Luis Fonsi es casi el canon de lo que bailamos, de lo que tatareamos, de lo que vemos a través de la red y de las cosas que se vuelven repetitivas y obsesivas».